La relación Padres e hijos ha sido, a lo largo de los años, una relación jerárquica que fluye de arriba hacia abajo en dónde los hijos tienen muy poco que decir, en dónde quizás no se les considera realmente personas haya cierta edad.

 

Cuantas veces has oído a alguien decirte “ya empieza a ser una personita”, asumiendo que un bebé es “algo” y ese algo es alguien cuyas necesidades básicas afectivas o de atención muchas veces no son cubiertas pensando que quizás no sienten o que es manipulación.

 

Nada más lejano a la realidad

 

El problema con este esquema de relación es que deja poco espacio para el diálogo, cierra por completo las puertas de la comunicación y sin comunicación no existen relaciones Sanas.

El nuevo paradigma de relación es circular, es uno en que reconocemos que somos Maestros y Discípulos de nuestros hijos a lo largo de la vida así como ellos de nosotros.

 

Nosotros como padres tenemos 3 temas fundamentales que enseñar a nuestros hijos.

 

Nuestra relación con ellos responderá 3 preguntas básicas que durarán el resto de su existencia y son:

 

QUIENES SON
CUÁNTO VALEN
QUE TAN SEGURO ES ESTE MUNDO

 

Las respuestas a estas preguntas quedarán entretejidas en las creencias de sí mismos y de su mundo dando forma a su subconsciente.

 

Ellos a cambio nos dan el gran regalo de recordarnos lo que es vivir en el momento presente, en total unión con ellos mismos.

 

La relación con ellos nos permite ver las heridas de nuestra propia infancia que salen a flote para ser sanadas a través del amor por ellos que nos lleva ser la mejor versión de nosotros mismos.

 

Así, la relación padres e hijos Consciente, puede ser el mayor camino de crecimiento y transformación para nosotros mientras los liberamos a ellos de nuestro condicionamiento, cargas emocionales y expectativas permitiéndoles ser quienes ellos vinieron a ser.